domingo, 27 de diciembre de 2015
POR BERTA MARTINEZ - "APRENDE A CERRAR CICLOS"...
Porque no se trata de olvidar, sino de sanar.
Cada vez que termina un año,
nos proponemos cerrar un ciclo y abrir otro. Deseamos borrar todas las
experiencias desagradables que tuvimos, recordar solo la suerte y los logros
que alcanzamos de ese año que se va. Nos encanta hacer promesas para el nuevo año
que vamos a vivir, sin entender por qué nunca llegamos a concretarlas. Nos
gusta volver a saborear las alegrías que pudimos tener en un determinado
momento, la pareja ideal que conseguimos, el carro último modelo que adquirimos
o cierto ascenso profesional que alcanzamos. Pero aquello que nos dejó una
herida tiene que morir dentro de nosotros. Y es que por lo general, para los
occidentales, lo ideal es obtener solo logros y cero fracaso en la vida.
Entonces, ¿estamos cerrando ciclos? O más bien, ¿vivimos una especie de
neurosis colectiva? Al no enfrentamos a una sociedad en la que todos debemos
ser hermosos, exitosos y perfectos. Haciendo conciencia de esto, podemos decir
que:
Número 1. Nos gusta vivir lo
bueno de la vida, pero no lo malo.
Número 2. Debemos cerrar
ciclos, cuando en realidad reprimimos aquellas heridas y traumas para que “no
se nos noten”. Adoptar una máscara es mucho mejor y más chévere. ¿Qué ira a
decir la familia de mi si no soy el mejor hijo? ¿Qué dirán mis hijos si me ven
en aquello o esto? ¿Qué dirá papa si no cumplo con sus expectativas? ¿Qué dirá
mamá, si distinto a ella, yo decido ser soltero toda la vida y dedicarme a mí?
¿Qué dirán mis amigos si me divorcio? Estas y otras preguntas pasan por las
cabezas de muchos desde la adolescencia, pasando a la adultez y llegando
inclusive a la madurez. Habrá quienes partan de este plano con esas tormentosas
preguntas hasta la tumba. ¿Serian de verdad sana y feliz? Quizás vivieron
profundamente heridos, desolados, sin saber cómo pasar la página.
Tú puedes hacerlo, pero hazlo desde la herida.
Todo
buen psicoanalista sabe que, para sacar algo nocivo de la vida de una
persona, primero debes descubrir cuál es el origen del problema. Solo
así podrás sanarte, hacerte consciente de ese proceso o llevarte como un
guía hacia una luz desde aquel túnel. Lo primero que debes hacer cuando
tengas un problema, un conflicto, una angustia, una rabia que no puedas
sacar de tu corazón, es hacerla consciente. ¿Por qué tienes que
obligarte a perdonar si no lo sientes así? Ese perdón debe conseguirse
de forma natural, no impuesta. No puedes empeñarte en sonreír mientras
llevas el dolor sin saber qué hacer con ello.
Busca
la raíz del asunto que te duele, revívelo, recuerda que fue tanto lo
que te molesto, por qué crees que te hirió tanto. Una vez que te
enfrentes a ese dolor, si quieres llorar, llora. Siente dentro de ti esa
herida y reconócela como parte de tu vida. Una vez que hayas quitado
esa venda, que hayas enfrentado esa verdad –tu verdad-, tendrás la
batalla ganada. ¿Por qué? Porque habrás reconocido que no solo eres
éxito, triunfos y perfección, sino que también eres emociones, rabia y
dolor. ¿y qué pasa cuando reconocemos esto? Pasa que sientes la vida
desde lo humano, no desde lo divino como nos enseñaron eternamente a
vivir. Pasa que nos damos cuenta de que no somos dioses, que debemos
aprender a respetar nuestro procesos de duelo para seguir viviendo sin
mascaras. ¿Qué es lo valioso de todo esto? Lo valioso es que puedes
aceptarte cómo eres y que con esa nueva variante puedes cerrar ciclos de angustia y desolación.
¿Cuándo debemos cerrar ciclos?
En
caso de perdidas, renuncias, despidos y quiebres económicos. Robos,
estafas, muertes físicas, rupturas sentimentales, rabias y odios que no
nos dejan avanzar, resentimientos por comparaciones absurdas, culpas,
miedos, angustias, todo complejo que sea nocivo y que nos deje vivir en
paz.
Porque, al final, ¿de qué nos sirve odiar?
Una
vez que hayas reconocido tu propio dolor y te permita sentirlo, tomate
tu tiempo para recuperarte, no desde la derrota, sino desde el
aprendizaje. No desde la culpa, sino desde la idea de que la vida tiene
sus sinsabores y debemos aprender a asimilarlos. Una vez allí,
pregúntate si ese sentimiento que te embargaba te era útil. ¿De qué te
sirve odiar? ¿Qué beneficios te trae? ¿Vengarse es lo apropiado? Si
decides seguir odiando, te odiaras a ti mismo. Porque ese sentimiento te
puede enfermar. Enfermara tu físico y te afectara a ti, no a la
situación, ni al otro. En cuanto a los beneficios, solo puedes
beneficiarte desde el momento en que lo reconoces y lo aceptas para
luego superarlo y dejarlo atrás.
Poco
a poco, y en el tiempo que te tome hacerlo, será perfecto. Si quieres,
llámalo perdón, pero en realidad se trata de integrar un proceso donde
te darás cuenta que después de una caída, puedes levantarte. Si piensas
en vengarte, será peor. Todo lo que hagas en detrimento de los demás, te
será devuelto por la ley de causa y efecto. Así que eso no es válido en
este juego.
CONSEJOS:
1.
Ante, una pérdida, un rompimiento sentimental, infidelidad o, tal vez,
al ser juzgado por algo, lo mejor es reflexionar al respecto y entender
que ninguno de los seres humanos somos perfectos.
2. Haz conciencia de que eres humano y que los errores son válidos en la vida. Si no, ¿Cómo se llega a los aciertos?
3.
Respeta tu proceso de vida y el de los demás, cada quien vive a su
ritmo y de acuerdo a las circunstancias personales de su destino.
4.
Todo dolor debe sacarse, conversarse y reconocerse como parte de la
vida. No como algo negativo, si no como una experiencia más de
aprendizaje.
5.
Entiende que así como eres humano y cometes errores, lo demás también
lo son. En lugar de odiar, reconócete en el otro. Ponte en sus zapatos.
Para
esta navidad es muy importante que decidas explorar en el pasado,
reconociendo tus errores, para luego conquistar tu paz interna desde la
aceptación de la vida tal y como es. En este año nuevo, tomate un tiempo
para reflexionar sobre tus heridas, reconócete en ellas y pregúntate,
¿Qué lograste aprender? Deja atrás el papel de víctima. Decide de una
vez romper esas cadenas. ¿Hiciste el ejercicio? Seguro ya te sientes
mejor. Ahora si puedes pasar la página.
Es muy importante:
No
juzgarse ni culparse. Tampoco buscar juzgar y culpar a los demás. Cada
evento de vida, sea malo o bueno, es importante para el desarrollo
psíquico y evolutivo del ser humano.
No compararse con nadie. Cada quien es único y maravilloso.
Respetarte como eres para que los demás también lo hagan.
Ir al paso de tu propio ciclo interno. El objetivo es que avances a tu ritmo, no al de los demás.
Toma el control de tu vida. Solo tú debes ser responsable de ella. Disfrútala y vívela desde tu punto de vista.
--
Cuando
una banda de visionarios se une para empujar los límites del universo
conocido, abren de par en par las puertas atascadas de la evolución para
todos....
Bertha Martinez
Re-Publicado por ANSHELINA, la Luz que llama a despertar
http://loqueheaprendidode.blogspot.com
http://romancesdivinossohin.blogspot.com
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