El concilio de los Helle, La rebelión de Luzbel
07-01-2016
EL CONCILIO DE LOS HELLEL
CAPITULO 3
Una
vez los ultraterrestres reunidos en el “concilio”, uno de ellos, el
legendario Lucifer, Lug o Luzbel, planteó que el problema era haberle
dado demasiada información, haber facilitado demasiado el acceso al
conocimiento en muy poco tiempo a civilizaciones del Universo Material.
El error había sido precisamente que se les había instruido de acuerdo a la mentalidad de estos seres del Universo Mental.
O sea, muy mentales, lo cual hizo que ninguna civilización alcanzara la séptima dimensión de la conciencia. El séptimo vehículo que todos tenemos es la Esencia.
Entonces, para llegar a tener contacto con la Esencia, con el plano de
la conciencia espiritual, se tendría que acceder a través de una actitud
muy espiritual que no la habían podido enseñar los seres del Universo
Mental por ser muy mentales.
Mas
bien es todo lo contrario. Ellos tienen que aprenderlo de nosotros,
porque no hay nadie por muy sabio que sea que no tenga algo que
aprender, y nadie por muy humilde que sea que no tenga algo que enseñar.
Haber
recibido directamente el conocimiento, abundante información, volvió a
ciertas civilizaciones del Universo Material, como los oriones, muy
apegados al avance tecnológico y filosófico que habían conseguido, al
punto de volverse agresivos y violentos si se sentían amenazados, tanto
ellos como sus principios o sus logros científicos ; este excesivo celo,
sería más tarde el caldo de cultivo para que se generasen violentos
enfrentamientos estelares o batallas cósmicas extraterrestres.
El proyecto de Libre Albedrío
Sobre
la base de todo esto, y ahora en marcha el proyecto de crear una
humanidad nueva que por mérito propio pudiese alcanzar lo que sus
hermanos mayores no consiguieron, el Concilio de los Helell pensó que
sería oportuno colocar un grupo de entidades mentales en el universo
material que actuaran como entidades disociadoras, dificultando al
máximo el acceso a información.
Estas entidades, llamadas “demonios”, tendrían esto como función; no eran ni buenas ni malas.
Solamente
vendrían a fastidiar la vida, a complicar las cosas y a mayor
complicación, habría mayor esfuerzo por parte de las civilizaciones
materiales y esto reestablecería la dinámica interrumpida.
No
obstante, otros seres del Universo Mental consideraron que no se podían
cambiar las reglas del juego el libre albedrío en discusión por ser
aplicado a una “humanidad nueva” y no en las ya existentes
civilizaciones extraterrestres cuando ya el partido está comenzado.
Imaginemos,
por ejemplo, qué pasaría si faltando quince minutos para que termine el
juego, el árbitro decide que no se juegue más con arqueros porque el
partido está empatado o, si a un alumno de una escuela militar que tiene
una disciplina rígida, una estructura mental muy limitada, en un
claustro que no es mixto, faltando un año para graduarse lo sacamos de
ahí y lo mandamos a un colegio mixto, que no es internado, que no tiene
nada de disciplina…, lo más probable es que naufrague.
Si
se han de cambiar las reglas del juego, si se ha de experimentar
buscando alternativas nuevas, se tenía que experimentar sobre
civilizaciones nuevas que todavía no habían surgido o que recién habían
comenzado.
Eso fue lo que sugirieron otros seres del Universo Mental.
A
Lucifer o Luzbel no le satisfizo esta modificación o contrapropuesta
porque significaba dejar de lado a sus entenados como los seres de Orión
, a aquellos que habían recibido la instrucción de parte de ellos para
darle la oportunidad a unos advenedizos, a civilizaciones nuevas, para
que de pronto en muy poco tiempo alcanzaran niveles de evolución muy
elevados que no solamente se equipararan a los alcanzados por los que
ellos habían entrenado, sino, que incluso podrían superarlos, marcarles
la pauta y enseñarles.
La Rebelión de Luzbel
Nos
preguntamos ante esto, ¿cómo seres del Universo Mental, de una
dimensión tan elevada, podrían caer en ese juego de la soberbia, de la
falta de humildad?
Es cierto, cuando uno más alto está, difícilmente se cae. Pero si se cae, se cae y “aporrea” fuertemente.
Así, a Lucifer no le agradó la contrapropuesta y no le agradó, de ninguna manera, que se llevara esto a cabo.
Al
rebelarse contra la idea, Luzbel se distanció del Plan propuesto por
los otros y sin querer se convirtió en ese “demonio” que se buscaba para
generar las trabas que dificultaran el acceso a la información para las
nuevas civilizaciones, que se crearían como alternativa o puente de
rescate para las estancadas.
Parte
de este drama cósmico, sintetizado de alguna u otra manera en la
rebelión de Luzbel ante la decisión del Concilio de los Helell que no
compartía, llevaría a “El que porta la Luz” significado latín de
“Lucifer” a influenciar a civilizaciones extraterrestres del Universo
Material en contra del Plan Cósmico y, como consecuencia, en contra de
la humanidad nueva que muy pronto aparecería…
El Plan Cosmisco
Sixto Paz Wells.
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