La raza humana y el número 33
28-06-2016
El
numero 33 representa la elevación de la consciencia humana para asumir
su responsabilidad y compromisos, procurando lograr y mantener el
equilibrio para proyectar equilibrio hacia los demás.
También se relaciona con la ley universal de correspondencia, como es arriba así es abajo.
Si
queremos saber cómo funciona el universo, conozcámonos primero nosotros
mismos; si deseamos que el mundo cambie, cambiemos primero nosotros.
Esta clave nos recuerda que debemos tener a una espiritualidad práctica uniendo la tierra con el cielo.
En
el principio de los tiempos nuestra existencia estaba en el pensamiento
del gran espíritu que se manifestaba en cada una de su expansión, en su
mente se crearon lo todo lo que ves y no ven tus ojos.
La tierra estaba aún joven, el germen de la vida existía ya en su espacio y tiempo.
Una constante existencia ilusoria en un sueño eterno el tiempo es la existencia y el fin, pero de ella nacía una nueva forma.
Prepararon
la tierra y la acondicionaron durante miles de millones de año,
aquellos que fueron enviados, los ingenieros genéticos.
La
tierra había sido desolada en su primera, segunda y tercera existencia,
fueron acondicionados los mares para dar nacimiento a la forma física a
la vida.
Cumplida
su misión, llegaron los encargados de la segunda etapa, el apoyo al
desarrolla de la especie, donde encarnarían los nuevos y viejos
espíritus en este mundo, esto sería un proceso donde la naturaleza
aportaría los cuerpos para estos espíritus, este fue un proceso largo en
el tiempo, no fue de la noche a la mañana este condicionamiento de
adaptación tuvo muchos fracasos.
Cada
tiempo tenía su espacio que en ella se desarrollaba una forma hasta que
el espíritu tome forma para ser un cuerpo individual, macho y hembra
aun convivio hasta que la naturaleza lo separo y su forma evoluciono.
Siego de su creación camino por largo tiempo hasta que llego su momento
más preciso, el tiempo había llegado, los astros se alinearon para
preparar a la madre tierra que extendió sus manos hacia el cielo.
Entre
enorme nubes de fuego y relámpagos, llegaron los señores de Sudra
(Venus), estableciendo su poderosa nave, en el que un día fuese un gran
océano, lo que hoy es el desierto de Gopi.
En
Mongolia el continente de Asia ,la gran Hermandad Blanca estableció
allí como centro de luz al nuevo mundo, esta sería la escuela de
instrucción para elevar a la raza humana a su nivel evolutivo que le
corresponde ante su creador.
Allí está el señor del mundo, el siempre joven, Sanat Kunara, el anciano de los tiempos, el rey del mundo.
Los 32 mentores maestros de diferentes mundos, había llegado de diferentes constelaciones.
Trabajarían
hasta que el ser humano consiente de su verdadera realidad, acepte su
compromiso, ante su creador, libre y consiente en todo sus sentidos, y
se integra y pase a ser el número 33 en el nuevo tiempo.
El
hombre físicamente aparece en la tercera raza, es el Muriano
(Lemuriano), y se desarrolla en la tercera sub raza, siendo así el 3. 3 (
tres punto tres)
Asi sea
Víctor Salazar Soto.
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